El Santiago Martín recupera su magia para sumar una victoria a pico y pala

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El Iberostar Tenerife se reencontró este domingo con la victoria en casa, tarea que se le venía resistiendo esta temporada, en un gran triunfo coral de los aurinegros ante un buen FIATC Joventut (73-68), que peleó por la victoria hasta el último suspiro. El respaldo de la afición dio un plus de motivación a los tinerfeños, que volvieron a gestionar con determinación un final apretado para sumar su novena alegría del curso y la número 150 de su historia en la ACB.

Un canastón de Nico Richotti con el partido en el alambre, dos triples claves de Tim Abromaitis camino del cierre y, sobre todo, la aportación colectiva de los canaristas (hasta ocho jugadores con más de seis puntos), explican en parte la victoria de los pupilos de Txus Vidorreta, quien a pesar de la neumonía que arrastró durante toda la semana, dirigió a los suyos con acierto desde el banquillo.

No fue tarea fácil tumbar a un equipo, el de Badalona, que se mantuvo en partido hasta el último minuto, aferrado a su descaro desde el 6,75 y a un último fogonazo de Brandon Paul en los minutos más calientes. Pero para llegar hasta ahí el Iberostar Tenerife rumió el triunfo con inteligencia, desde la solidez del bloque y el buen hacer de todos sus peones.

El poder interior de Niang sembró de entrada el respeto entre el rival. Los tapones del senegalés y los tiros que desvió fueron haciendo mella en la Penya, que pese a ver aro con facilidad desde el 6,75, no acababa de encontrarse cómodo del todo. El Canarias cerró bien su rebote y corrió cada vez que pudo (10-6, 4’). Solo el desacierto en los triples (0/7 al descanso) impedía a los anfitriones abrir brecha. Eso, y el buen hacer del veterano Demond Mallet, que tiraba de su equipo para evitar la estampida canarista (36-35, 20’).

El partido crecía parejo, si bien el Iberostar Tenerife iba sumando argumentos de peso a sus oposiciones al triunfo. Davin White ofreció destellos de frescura ofensiva a la vuelta de la pausa y Javi Beirán sacó punta a sus fundamentos al poste bajo para forzar una renta significativa camino del último cuarto (47-39, 28’). El caso es que el Joventut no se dio nunca por rendido.

Los puntos de Mallet y la posterior aparición de Brandon Paul llevarían el partido a un final de infarto. Fue ahí cuando los aurinegros, espoleados por un Santiago Martín volcado con la causa, ofrecieron un puntito más de determinación en varias jugadas puntuales, a la postre claves. El arrojo de O’Leary, el aplomo de Sekulic con el partido en el aire, la calidad de Beirán y dos triples vitales de Tim Abromaitis cuando más falta hacían incendiaban el recinto de Los Majuelos.

Con el encuentro chico a chico, un Richotti providencial anotó un canastón en penetración para el 71-68 a falta de doce segundos para el bocinazo final. El Joventut tuvo luego la opción de empatar, pero Sergi Vidal erró su triple y Beirán capturó un rebote clave que acabaría en dos aciertos desde la línea de 4,60, para sentenciar ya del todo una victoria labrada a pico y pala por un correoso Iberostar Tenerife.

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