
El cuadro de Aíto García Reneses tendrá que remontar en Rusia los 25 puntos de desventaja con los que terminó en Gran Canaria. A pesar de ir durante todo el encuentro a remolque, los isleños compitieron de tú a tú en los tres primeros periodos, mientras que en el último, los triples visitantes y la poca fe local decantaron el marcador para el Khimki
Redacción, 24 Abr. 2015.- Se abrió el desenlace de un camino de ensueño. El Herbalife Gran Canaria debutó, en su propia casa, en una final europea tras 52 años de historia, aunque las cosas no acabaron de la forma esperada. Un parcial de 12-32 en el último cuarto rompió los esquemas de Aíto García Reneses, que a pesar de ir a remolque durante todo el partido, pudieron competir de tú a tú durante los tres primeros periodos.
El talento de Tyrese Rice, la determinación de Petteri Koponen y el físico de Paul Davis acercaron, un poco más, la tercera Eurocup para Kurtinaitis, que con hacer un partido regular en casa y ante su público tendrá suficiente para hacer historia en la segunda competición europea.
El acierto desde el triple, anotando siete de los 11 con los que acabaron en el último cuarto, y la diferencia en el rebote (34-25 para los rusos), hicieron imposible una respuesta isleña, que no aprovecharon la baja de Honeycutt y apelan al milagro en Rusia, donde tendrán que remontar los 25 puntos de diferencia con los que el Khimki cerró el partido (66-91).
Paul Davis, en el lugar adecuado
El Herbalife Gran Canaria abrió el marcador de la Final de la Eurocup con una canasta de Eulis Báez tras un gran movimiento de pies, acción que fue respondida rápidamente por una penetración de las ya clásicas de Tyrese Rice. Tras ésta, los nervios empezaron a fluir en el cuadro de Aíto García Reneses, que no daba con la tecla en ataque y veía como el reciente MVP de la Eurocup repartía el juego a la perfección para sacar la primera ventaja de los rusos, con un Paul Davis siempre bien colocado para recibir o rebotear.
Fue entonces cuando apareció de nuevo el jugador dominicano del conjunto canario, que tras cuatro minutos sin anotar volvió a ver aro, forzando además una falta, y a pesar de fallar el adicional, logró lo que necesitaban los locales para coger confianza. Con canastas posteriores de Kuric y Tavares, los isleños volvieron a ver el marcador a su favor.
Paul Davis, de nuevo, asumió el protagonismo en ataque, que aprovechaba los regalos de la defensa del Herbalife haciéndose con varios rebotes ofensivos, mostrando su superioridad al no estar Tavares en pista y anotando continuamente canastas muy fáciles. A pesar de ello, los amarillos enlazaron varias canastas de mérito como un mate de Ian O’Leary tras rebote ofensivo o varios triples de Kuric, aún así, hasta los últimos instantes del primer cuarto los locales no pudieron engancharse al encuentro, cerrando el periodo inaugural con el 19-21.
Paul Davis, una fuerza en la pintura (Foto EFE)
El comienzo del segundo cuarto no fue el soñado por el representante español en esta final, que encajó rápidamente un parcial negativo, llegando a irse el Khimki hasta los diez puntos de diferencia, hasta que Tomás Bellas logró la primera canasta local. Con la entrada de Tavares se vio otra imagen totalmente diferente, cerrando el aro en defensa y añadiendo centímetros en ataque.
Aún así, los de Kurtinaitis seguían muy centrados en la cancha local, y los triples de Monia y Vyaltsev volvían a poner la máxima renta a los moscovitas (24-35, min. 15). El intercambio de canastas volvía a beneficiar al equipo visitante, que aprovechaba los errores del Herbalife por la simple desconcentración, y con un 2+1 de Oriol Paulí se llegó al final de la primera parte, dejando a siete la renta a favor de los rusos (33-40).
El mismo libro, el mismo guion
El comienzo de la segunda mitad empezó exactamente igual que la primera, con una canasta de Eulis Báez, pero en vez de dos puntos, sumó uno más, aprovechando que sobre él se quedó Tyrese Rice. Tras ello, como si fuera un ‘dejá-vù’, nueva sequía local. Tres minutos más tarde, el ’13’ amarillo volvió a dar la misma confianza con otro dos más uno en forma de ‘putback dunk’, anotando, ahora sí, el adicional para bajar la renta a cinco.
Eulis Báez se hace hueco en la pintura (Foto EFE)
La velocidad de Kuric y los problemas de faltas de Vyaltsev y Davis, sentados con tres personales al comienzo del tercer periodo, levantaron al público del Gran Canaria Arena, que con cánticos del «sí se puede» ayudaron a poner a sus ídolos a solo tres puntos.
Da igual que delante estuviera la experiencia del Khimki, era el momento de Eulis Báez. El ala-pívot dominicano se alió con Kuric para seguir soñando, y con la velocidad de Newley y el juego por encima del aro de O’Leary pusieron al Herbalife Gran Canaria a solo cinco puntos, gracias a una canasta que silenció el pabellón de Koponen sobre la bocina (54-59).
Agua fría desde el triple
Como sucediera en el tercer cuarto, los de Kurtinaitis volvieron a salir enchufados en el último periodo, logrando un parcial de 1-11 para poner el más 15 en el marcador, gracias a las canastas de Monia, Vyaltsev y de nuevo Koponen.
La confianza de los de Aíto García Reneses se derrumbó y los moscovitas siguieron ampliando la diferencia sin que nada pudieran hacer los locales, y con un matazo del ex insular, James Augustine, ampliaron la renta a 20 puntos.
Los jugadores del Khimki celebran la victoria (Foto EFE)
El técnico amarillo tuvo que parar el partido para tranquilizar a los suyos y recordar que el partido aún tiene 40 minutos más. La guerra entonces se trasladó al talento individual de los dos máximos anotadores de la competición. Rise y Kuric medían sus muñecas en un cara a cara desde todos los frentes de la pista.
El público quiso levantar los ánimos a sus jugadores, que poco pudieron hacer ante el acierto desde el triple de los rusos, logrando un parcial de 12-32 que puso el 66-91 como punto y final del primer encuentro, dejando en manos de la épica la remontada del Herbalife Gran Canaria en la pista del Khimki.